domingo, 23 de diciembre de 2007

La conversión de Tony Blair. Sarkozy y la laicidad bien entendida.

A las puertas de la Navidad, fiesta cada vez más descristianizada, sorprenden dos noticias que acercan de nuevo el hecho religioso a la actualidad: la conversión de Tony Blair al catolicismo y la audiencia en el Vaticano que el papa Benedicto XVI concedió a Nicolas Sarkozy el pasado día 20 de diciembre.

El paso de una confesión religiosa a otra, aún cuando sea en el seno del cristianismo, es un proceso largo que implica todo el ser, incluso lo intelectual. Uno de los axiomas más manidos en la teología es que la fe no es razón, pero es razonable. Tenemos los ejemplos, por citar algunos cercanos, de Edith Stein (santa Teresa Benedicta de la Cruz) o , en el ámbito español de Enrique García Morente. Edith Stein, desde el mundo judío, con una amplia formación filosófica que partía de la fenomenlogía de Husserl

2 comentarios:

Adrian Elliot dijo...

¿Será Blair un nuevo exponente de un catolicismo más abierto y tolerante? Está por ver. Un saludo, Adrian.

Anónimo dijo...

No lo sé. Desde luego es una apuesta clara. Y ahora, que parece que ser católico no está de moda que una persona tan influyente como Blair se haya convertido es un punto a favor. Lo mismo te digo. A ver qué ocurre. Un afectuoso saludo